miércoles, 13 de mayo de 2015

Escribir es sanar, disolver las heridas y vivir sin la cicatriz

Las propiedades curativas de escribir

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Martes 12 de mayo de 2015


Los beneficios de escribir van mas allá de construir vocabulario, no necesitas ser un gran novelista para usar a la escritura como un puente a la salud.

Ciudad de México (elsemanario.com).- El veredicto es: sin importar el propósito, el acto de escribir lleva por sí solo un cúmulo de beneficios físicos y mentales para la salud.
Diversos estudios prueban que escribir ayuda a sanar mas rápido, previene enfermedades mentales, aumenta el buen humor, reduce el estrés y los síntomas depresivos. El fin del tratamiento se basa en los mecanismo de introyección y proyección; herramientas han sido ampliamente usadas como métodos de trabajo en terapias de corte psicoanalítico desde hace años.

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James W. Pennebaker ha conducido investigaciones en la Universidad de Texas, en Austin, acerca de los beneficios a la salud que tiene el escribir, “cuando a las personas se les da la oportunidad de hablar acerca de sus cambios emocionales, comúnmente experimentan mejoras en la salud, visitan menos frecuentemente al médico y tienen cambios en la función inmune”.
El acto de escribir otorga a las personas la opción de dar un paso atrás y evaluar sus vidas, en lugar de obsesionarse de forma poco saludable con un evento, pueden enfocarse en caminar hacia adelante. Al hacerlo, los niveles de estrés disminuyen y eso mejora directamente la salud.

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En el 2005 un estudio sobre los beneficios físicos y emocionales de la escritura expresiva demostraron que, con tan solo 15 o 20 minutos de escritura, tres veces por semana, durante un periodo de cuatro meses, bastó para hacer que un grupo de personas disminuyeran su estancia en el hospital después de una fuerte experiencia traumática.
Los pacientes lograron, al escribir estas experiencias de alto estrés y contenido emocional, disminuir el efecto del trauma en su cuerpo y su estado anímico. Sus niveles de presión arterial se mantuvieron estables y mejoró la forma en que su hígado funcionaba y se adaptaba al medicamento; además redujeron el estrés y lograron completar más rápido su tratamiento. Esta investigación concluyó que escribir acerca de los eventos estresantes ayudó a los participantes a darle sentido a los propios eventos y disminuir la ansiedad que les provocaban.

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Otro estudio realizado en 2013 probó que en una muestra de 49 adultos saludables, a los que se les habían infligido pequeñas heridas, lograron una recuperación más pronta al escribir sus pensamientos, ideas importantes y sentimientos. Estos participantes escribieron 20 minutos durante tres días seguidos, tras un periodo de dos semanas, las heridas habían sanado por completo en el 76 por ciento de los casos. Existió también un grupo control que, al igual que el primer grupo experimental, habían recibido pequeños cortes cutáneos pero que no recibió tratamiento y, al finalizar, el resultado fue: un 58 por ciento de los participantes aún presentaban heridas que no habían comenzado el proceso de sanación.

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Por su parte, Sofía Segovia -autora mexicana que presenta al Murmullo de las Abejas como su segunda novela publicada- explica que escribir, tanto como leer, resulta terapéutico. A su parecer, la escritura no solo sana el alma, se ha comprobado que la gente sana a nivel orgánico más rápido gracias a ella y explica “conozco gente que escribe solo para quitarse ese peso de encima y le sirve muchísimo; así como la lectura es sosiego y te lleva a viajes, la escritura también.”

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La escritura ha probado desde hace años ser un gran conductor para la salud mental. El doctor David Snowdon, profesor de Epidemiología en el Departamento de Gerontología de la Universidad de Kentucky, realizó en 1986 una investigación con 678 monjas. Estas se sometieron a estudios anuales psicológicos y neurosicológicos durante su vida y luego donaron el 100 por ciento de su cerebro al morir, por lo que se podía ver cuáles eran sus alteraciones cerebrales.
Estas novicias debían escribir un diario cuando entraban al convento, dichos diarios fueron analizados y se encontró que aquellas que mantuvieron una riqueza de lenguaje en la producción del diario y emplearon vocabulario extenso con frases mejor construidas, se demenciaron menos que las que tenían una pobre escritura.

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En conclusión, no es necesario ser un gran novelista o redactar constantemente los eventos más traumantes de la vida para hacerse acreedor a los múltiples beneficios que otorga la escritura en materia de salud. Incluso actividades como periodismo o blogging han probado tener buenos resultados, por tanto, la escritura es un medio práctico y de fácil acceso que puede emplearse como herramienta para obtener ventajas inmediatas que seguirán reflejándose con el paso de los años.

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