lunes, 2 de enero de 2012

La escritura invisible: preposición que nos lleva ante, hacia, detrás, entre...

La puerta de la creatividad


La escritura creativa es como una puerta. La llave la tienes tú. Las manos para escribir, el corazón y la mente para crear. Esta puerta se abre y se cierra por ciclos o por imágenes, o por cuento o poema, es una unidad lingüísticamente perfecta: esto significa que tienes un “concepto y la imagen acústica” en una sola emisión de escritura creativa. La escritura creativa nos abre la puerta que Elías Canneti llama “la conciencia de las palabras”. Este darse cuenta de lo que se trae entre manos, entre mente y corazón. Es la forma en la cual las mujeres tejemos nuestros atuendos.La conciencia de las palabras fluye del constante latido que cada ser humano emite a través de otra puerta que apoya la creación: la voz. La emisión de este sonido articulado de la lengua, nos dice que la comprensión entre los humanos es algo natural puesto que hablamos la misma lengua, en  este caso el español. Sin embargo a veces no es así, ya que interfieren ciertos obstáculos que la familia humana hemos creado basados en emociones y convenciones de uso de la lengua. Pero nada pueden bombas donde sobra corazón, cantaban los partisanos españoles. Así que  nada que esté dicho desde el corazón que es  la voz del alma nos puede ser ajeno a los humanos.

Con este apoyo, la energía de la voz, se transforma en ese diálogo interior donde abrimos el espacio para la escritura, para crear y tocar la flauta del alma, para decir que la poesía sustrae de las rocas rupestres glifos o haikai tan antiguos como el origen de la vida. Somos así, palimpsestos vivos, escritores rupestres que trazamos las escrituras creativas desde lo más elemental primero, para llegar al centro de la mina, donde están las joyas preciosas, las palabras que engendran la historia, el relato, el poema, el haiku, el aforismo. “La poesía crea realidad, crea presencia” Antonio Porchia, escritor de aforismos; escribió en uno de sus aforismos: “Los poetas son los legisladores no reconocidos de la realidad”.

Los creadores rupestres tenemos llaves de cuevas antiguas donde entramos y salimos, nos retiramos y rezamos, aguardamos balanceándonos para acunar la creación que se manifiesta. Las cuevas de un escritor de escrituras rupestres tienen características ínti,as: por ejemplo el que inicia en este camino hacia la palabra será quizá como el que inicia camino rumbo a la sierra,  o hacia el mar, o rumbo al bosque, o hacia el cielo: espacio del corazón, donde la mente se fusiona para liberarnos, para volar con las alas de genio que se aparece cuando creamos, cuando vivimos la inspiración como un trabajo cotidiano en el cual la palabra llega con su semilla y brota. Y así quedamos preñados de la creación, acunamos en nuestra cueva, hasta que tome forma y lata el corazón por sí mismo.Por todo lo cual la puerta de la cueva tiene una llave que se llama voluntad, palabra, acción, manifestación, sin esta llave parece que la inspiración se derramara en fantasías frías, en fosforitos inútiles que nos hacen creer que la hoguera de la creación ha iniciado su combustión.

“La creatividad cambia de forma…Es como un espíritu deslumbrador que se nos aparece a todos, pero no se puede describir, pues nadie se pone de acuerdo acerca de lo que ha visto en medio de aquel brillante resplandor…" "¿Tocar amorosamente las hojas de una planta, concertar el acuerdo de tu vida”, cerrar el telar, encontrar la propia voz, amar bien a alguien? Todo esto es fruto de la vida creativa. Todas estas cosas pertenecen a la Mujer Salvaje…” (Mujeres que corren con los lobos, p.483) Quienes ahora escribimos sobre creatividad y sus procesos estamos obligadas a reunirnos en la cueva-libro de quienes se acerquen a respirar con sus palabras..Crear (lat. Creare) significa producir vida o cualquier otra cosa donde antes no había nada. La puerta llamada creación también nos conduce a la cueva del alimento sagrado, a la nutrición universal. 

“La Creación de algo en un punto determinado del río alimenta a los que se acercan a é l, a las criaturas que se encuentran corriente abajo y a las del fondo. La creatividad no es un movimiento solitario. En eso estriba su poder. Cualquier cosa que toque, quienquiera que la oiga, la vea o la perciba, lo sabe y se alimenta. Es por eso que la contemplación de la palabra, la imagen o la idea creativa de otra persona nos llena y nos inspirara en nuestra propia labor creativa. Un solo acto creativo tiene el poder de alimentar a todo un continente…” (op cit p.485) El alimento es tan necesario para la vida como la creatividad, como la palabra como la escritura. Sentimos en imágenes, pensamos en palabras, descansamos en la inspiración que alimenta el alma, la voz.

Escribir desde la cueva también responde a los ciclos de la naturaleza, por lo que la puerta estará abierta, semi abierta o cerrada, según el ciclo en el cual nos encontremos. Si nos cansamos, es propio de la naturaleza, si nos energizamos, es propio de la naturaleza, si nos concentramos ferozmente es la naturaleza, y las etapas o ciclos nos son esenciales. Ya que la puerta que hemos abierto requiere de la manutención necesaria para sostener su ritmo. De lo contrario si se cierra o se abre sin que estemos atentos, despiertos, pues derramaremos mucha agua, y en este principio de siglo el planeta azul no puede desperdiciar ni una gota más. Agua que no has de beber, no te la sirvas… Agua que has de beber, agradécela.

Puedes tomar una llave que sea tu símbolo de creador rupestre y un recipiente con agua, para que te acompañen durante tu escritura, esto te recordara que tienes el poder de fluir, fluir para crear, crear para fluir... de ser claro, de ser conductor de energía, de ser flexible, y contenedora de todo lo que llegue para tu creación, y la llave, -ya los sabes- es la compañera de tu puerta interior, es tuya, úsala es la herramienta de cualquier escritor de escrituras creativas (rupestres). 
-copy: Avándaro, 20013, Edna Aponte taller de escritura creativa-

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